Transporte de CO2

Una vez hemos capturado el dióxido de carbono, este debe ser transportado hasta el lugar en el cual queremos almacenarlo. Para este transporte se utiliza, básicamente, 2 medios:

  • Tubería 
  • Barco 

Transporte por tubería

El transporte de CO2 a través de tuberías es el método más utilizado, a demás de ser el menos costoso económicamente. Eso si, es importante tener en cuenta que este método de transporte se utiliza cuando la distancia que hay que salvar entre el lugar de obtención del CO2 y el lugar de almacenamiento es relativamente poca. Cuando hablemos de la reutilización del dióxido de carbono capturado explicaremos una técnica muy utilizada que combina el transporte y la reutilización del CO2. 

Transporte por barco

El uso de barcos para el transporte de CO2 se da únicamente cuando, por criterios económicos relacionados con la distancia entre el centro de obtención y el de consumo, resulta menos costoso y, particularmente, cuando es necesario hacer el transporte por vía marítima. 

Este transporte, cuya demanda es bastante limitada, se hace en condiciones muy similares a las condiciones en las cuales se transportan gases licuados del petróleo (GLP). La presión a la cual se almacena el dióxido de carbono en estos es aproximadamente 0.7 MPa. En cambio, cuando este producto debe ser transportado por camiones o vagones cisterna, se transporta a 2 MPa y a 
-20ºC. 

Costes del transporte

En el gráfico anterior se puede observar el coste por tonelada de CO2 transportado en función de la distancia a recorrer en función si se transporta por gasoducto (terrestre o marítimo) o por buques. En los costes correspondientes al transporte en barco se incluyen las instalaciones de almacenamiento intermedias, los derechos portuarios, los costes de combustibles y las actividades de carga y descarga. 

Almacenamiento de CO2

El almacenamiento de dióxido de carbono se divide en tres grandes tipos de almacenamientos:

  • Almacenamiento geológico
  • Almacenamiento oceánico
  • Carbonatación mineral

Almacenamiento geológico 

Se diferencian 3 tipos de formaciones geológicas que se consideran para el almacenamiento geológico de CO2:

  • Yacimientos de petróleo y gas
  • Formaciones salinas profundas
  • Capas de carbón inexploradas

En cada caso, el almacenamiento geológico de CO2 se consigue mediante su inyección en forma condensada en una formación rocosa subterránea. Las formaciones rocosas porosas que retienen o han retenido fluidos anteriormente son candidatos potenciales para el almacenamiento de CO2. Las formaciones aptas para el almacenamiento pueden  aparecer en cuencas sedimentarias terrestres y marítimas. Las capas de carbón también pueden utilizarse para el almacenamiento de CO2 cuando sea poco probable que el carbón sea explotado posteriormente y siempre que la permeabilidad sea suficiente. 
 


Almacenamiento oceánico

El dióxido de carbono captado se puede inyectar directamente en los fondos marinos (más de mil metros de profundidad). Esto se logra mediante el transporte de CO2 por gasoductos o buques a un lugar de almacenamiento oceánico, donde se inyecta e la columna de agua del océano o en los fondos marinos. Posteriormente, el CO2 disuelto y disperso se convertirá en parte del ciclo global del carbono. 

El almacenamiento oceánico sigue en fase de investigación; no obstante, se han realizado experimentos a pequeña escala, así como estudios teóricos y de laboratorio. 

En la siguiente imagen se indican algunos de los principales métodos que podrían aplicarse para el almacenamiento de CO2 en fondos marinos.


Carbonatación mineral

La carbonatación mineral hace referencia a la fijación del dióxido de carbono mediante el uso de óxidos alcalinos y alcalinotérreos, como por ejemplo el óxido de magnesio (MgO) y el óxido de calcio (CaO), que están presentes en las rocas de silicatos de formación natural. Las reacciones químicas que se producen entre estos materiales y el CO2 producen compuestos como el carbonato de magnesio y el carbonato cálcico. Así pues, la carbonatación produce, entre otros, carbonatos que se mantienen estables durante largos períodos de tiempo y impiden que el CO2 sea liberado a la atmosfera. 


Reutilización del CO2

Los usos industriales del dióxido de carbono comprenden los procesos químicos y biológicos en los cuales el CO2 interviene como reactivo, como por ejemplo, los procesos que se llevan a cabo para la producción de urea y metanol, así como diversas aplicaciones tecnológicas que usan directamente el CO2, como en el sector hortícola, la refrigeración, el envasado de alimentos, la soldadura, las bebidas o los extintores de incendios.