Muchas personas han tenido en sus manos una botella de Whisky para disfrutarlo en alguna celebración o porque les apetece beberlo, pero jamás se han preguntado ¿Con qué se hace? ¿Cómo lo elaboran? Y ¿Cuál es su historia? A pesar de que lo catán para calificar su aroma y degustan su especial sabor.

Esta bebida alcohólica data de finales del siglo XV, cuando un monje escocés procesó la malta, luego la distribuyó como medicina y fue conocida como el “agua de la vida”. Su producción da comienzo cuando se germinan los granos, después son secados y tostados, los mezclan con agua caliente, obtienen el mosto y le añaden levadura.

El preparado obtenido se deja durante varios días para fermentarlo, seguido de la destilación y el envejecimiento. Cuando obtiene la consistencia necesaria y ha alcanzado el tiempo deseado es envasado para su distribución y venta. Pero ¿Con qué se hace el Whisky? Algunos de los cereales más utilizados para elaborarlo son la cebada, maíz, trigo y centeno.

El peculiar sabor del whisky lo generan las impurezas acumuladas durante su producción y almacenamiento. Sus componentes son alcohol etílico, agua, ácidos (acético-valeriánico y prociónido), esteres, aldehídos y acetaldehídos. Además, furfural, aceites de fúsel y sólidos disueltos.

H2. Proceso de elaboración del Whisky

El proceso de elaboración del whisky pasa por varias etapas que te detallamos a continuación:

  1. Malteado: tras extraer el grano, se impregnan en suficiente agua y se dejan en remojo durante 15 días, para que broten las raíces (germinen), en ese periodo las enzimas de la cebada se convierten en almidón y en azúcares solubles.
  2. Secado del grano: el proceso de germinación se paraliza al tostar la cebada o malta verde en el horno a una temperatura de 70 grados. El humo que se desprende aromatiza la sustancia.
  3. Molido (wort): Se muele la cebada malteada. Se le agrega agua caliente para luego pasarla a una cuba o mash tun. Cuando se convierte en almidón soluble, es transformado en líquido azucarado (el mosto).
  4. Fermentación o wash: al enfriarse el mosto se pasa a unas cubas grandes denominadas washbacks donde se produce la fermentación con la levadura (Saccharomyces cerevistae), que descomponen los azucares en alcohol y dióxido de carbono. Este proceso dura 60 horas y el grado de alcohol se encuentra entre 5 a 10%.
  5. Destilación: Si se usa el sistema de alambiques (de cobre) se produce un líquido (low wines) para producir aguardiente. En esta fase se consigue la calidad y sabor típico del whisky.
  6. Proceso de envejecimiento: El producto obtenido del último destilado (aguardiente) se introduce en barriles de roble, que son colocados en bodegas por periodos de 3 a 12 años. Sin embargo, para que adquiera su color característico es necesario el tratamiento de la madera.
  7. Embotellado: Después del tiempo transcurrido (añejado) el whisky reduce su grado de alcohol a 55% y antes de embotellarlo se diluye en agua blanda para bajarlo a un 45 - 48%. En este proceso los expertos decidirán si los combinan con otros barriles o lo diluirá, lo que implica un mayor control de calidad del producto final.

El proceso de fabricación del whisky es bastante complejo debido a los distintos aspectos químicos que deben ponerse en práctica para su producción industrial. En la actualidad las grandes destilerías incorporan tecnologías avanzadas, con la presencia de ingenieros químicos que aportan conocimientos y profesionalidad en la mejora de los procesos.