Innovador modelo desarrollado en el laboratorio de ingeniería mecánica de la UN permite recuperar energía y transportar fluidos diferentes al agua de una manera amigable con el ambiente.
 
Siguiendo el modelo de la microgeneración de energía hidroeléctrica, Fernanda Sierra, ingeniera mecánica con maestría de la UN, reemplazó el uso de válvulas reductoras por turbinas para el transporte de hidrocarburos, lo que permite aprovechar la energía que antes era desperdiciada en este proceso. 
 
“Lo que hicimos fue montar dos bancos y empezamos a mirar el comportamiento de los fluidos con dos turbinas, para establecer cuánta energía eléctrica generábamos y así poder hacer una aplicación real en otros sistemas que conducen fluidos diferentes al agua”, asegura Sierra. 
 
Anteriormente, la red de acueductos utilizaba válvulas reductoras para transportar el agua. Pero, ahora, a través de turbinas, se logra desperdiciar menos y aprovechar más energía. La idea de esta joven y de su director de tesis, Fabio Sierra, fue aplicar este modelo en el transporte de otro tipo de fluidos. 
 
El proyecto comenzó hace más de dos años y consiste en aprovechar la energía eléctrica para el trasporte de derivados del petróleo en sistemas de oleoductos. Al quitar las válvulas reductoras y utilizar turbinas, se recupera la energía que se estaba perdiendo y la invertida en subir el fluido, pues los terrenos en Colombia se caracterizan por ser extensos y montañosos y dificultan su transporte.  
Lo ideal del uso de turbinas es que son muy sencillas, no es un sistema sofisticado y son fáciles de fabricar e implementar: “Hicimos la generación hidroeléctrica usando dos turbinas (Pelton y Michell Banki) y así cubrimos dos posibilidades (grandes y pequeñas cantidades) y ensayamos con fluidos como diésel y aceite vegetal”, afirma Fernanda Sierra.
 
Los excelentes resultados en la fase de laboratorio hacen pensar en su implementación real en tuberías. Así lo asegura la ingeniera: “Hicimos pruebas con agua y funcionó. Luego intentamos con materiales densos y diferentes (como aceite vegetal, alcohol y diésel) y examinamos su reacción. Todos los ensayos generaron energía. Desde luego en menor proporción que el agua, como era de esperarse, pero ya  sabemos cómo funciona y qué produce con respecto al agua. Su eficacia está comprobada, solo necesitamos ponerla en una red de oleoductos”. 
 
La investigación ha estado encaminada a la microgeneración porque la generación a gran escala tiene un mayor impacto ambiental. En cambio, una turbina pequeña como esta puede montarse en cualquier punto sin afectar el ambiente.
 
Todo está enfocado en la producción limpia, la recuperación de fuentes de energía que se estén perdiendo, el uso de energía renovable y conceptos nuevos de reutilización de energía.  
 
Este proyecto es tan innovador que aún no existe documentación de turbinas hidráulicas funcionando con fluidos diferentes al agua, y su potencial en la industria petrolera es muy grande. “Realmente lo importante ocurre cuando uso otros fluidos y los pongo a generar. La energía existe y se está perdiendo. Lo importante aquí no es la energía hidráulica, pues ella existe hace mucho, los crucial es su uso con otros fluidos”, explica la ingeniera Sierra. 
 
Finalmente, este modelo ya obtuvo un reconocimiento, pues se ganó una convocatoria realizada por la Dirección de Investigación de la UN en Bogotá (DIB) que significó una financiación de diez millones de pesos.
 
Fuente: Agencia de Noticias Universidad Nacional