Seguimos escalando en la jerarquía del uso de residuos hacia formas más eficientes. En las últimas entradas veíamos cómo podíamos transformar los residuos en energía, una alternativa que sin duda puede reducir la capacidad necesaria de vertederos, aliviando a la vez parte de las necesidades energéticas actuales.
 
Sin embargo, los procesos de descomposición térmica están basados en la destrucción irreversible de materiales útiles e incluso escasos. La idea de reprocesar las sustancias de desecho para utilizarlas como materias primas es la base de toda una serie de técnicas que describiremos en este artículo.
 
Ya hemos visto algo similar en la valorización energética: las sustancias obtenidas en la gasificación o la pirólisis pueden usarse para la síntesis de compuestos orgánicos más complejos, como vimos. Este proceso requería una transformación química importante del residuo y la valorización material es tanto más eficiente cuanto más simple sea el proceso de recuperación de la materia prima.Si, por ejemplo, gasificamos un plástico para obtener syngas, podremos luego utilizarlo mediante procesos catalíticos y de polimerización en el plástico original (idealmente y con pérdidas); pero si es suficiente con fundir el residuo plástico para obtener de nuevo el producto final, el uso de otras materias primas y energía sería muchísimo menor.
 
Podemos imaginar que los materiales entran en el ciclo de vida del producto. Una vez que el producto se convierte en desecho, lo ideal es que los materiales vuelvan al ciclo como materia prima. Todas las técnicas que hemos visto hasta ahora sacaban los materiales de este ciclo productivo, de manera que no hay forma de devolverlos como material a este proceso.
 
RECICLADO
 
Es la forma más conocida de valorización material es el reciclado. 

Probablemente, la mayoría de vosotros estéis familiarizados con la recogida selectiva de basuras e incluso algunos hayáis tenido la oportunidad de visitar alguna planta de reciclaje. Reciclaje es transformar los residuos de nuevo en productos o materiales, independientemente si se utilizarán con la misma finalidad que la original o con otra.

Cada material tiene diferentes formas de ser reciclado. 

Las botellas de PET, así como otros materiales termoplásticos pueden ser limpiados, triturados y secados y a continuación introducidos en un extrusor para conseguir la granza que luego formará los nuevos productos. Con técnicas más sofisticadas el plástico puede descomponerse en sus monómeros.

El papel se transforma en pasta de papel que se reprocesa para fabricar papel de nuevo. El aluminio de las latas se refunde para formar nuevos elementos, un proceso mucho más económico y medioambientalmente eficiente que el proceso de obtención de aluminio nuevo por electrolisis.

El proceso de reciclaje es tanto más exitoso y eficiente cuanto mejor separados estén los desechos de partida, por eso la colaboración ciudadana es imprescindible. 390

 

COMPOSTAJE

Los residuos orgánicos como restos de comida, cáscaras de huevo, trozos de madera o poda, etc. pueden descomponerse para dar lugar al compost, un material que funciona como un magnífico abono orgánico.

El proceso de compostaje es concretamente la descomposición aerobia de los residuos, y para evitar la putrefacción y malos olores debemos cuidar algunos de los factores del proceso, como la humedad, la temperatura y la aireación. En cualquier caso, el compostaje suele llevarse a cabo de forma relativamente "artesanal". Los residuos se amontonan y se voltean con la frecuencia apropiada para mantener niveles adecuados de oxígeno y humedad. 552

Pero como siempre hay inconvenientes. Como buenos ingenieros sabemos que ningún proceso puede alcanzar un 100% de rendimiento. No solo porque la media europea de materiales reciclados apenas alcance el 35 % (2010, Agencia europea de medio ambiente), sino porque los procesos de reciclaje en sí no permiten recuperar toda la materia que entra para reciclar. Por ejemplo, la pasta de papel que provine de los residuos de papel debe mezclarse con pasta de celulosa fresca.

Además, la calidad de los materiales puede disminuir en los sucesivos procesos de reciclado. En el caso del plástico, por ejemplo, los residuos poliméricos no son completamente puros y en las sucesivas extrusiones el polímero se va degradando.

Así que, una vez más, llegamos a una solución para la generación de residuos que no es completamente satisfactoria. ¿Tendremos una solución definitiva? No os perdáis los siguientes capítulos de esta colección.