Las refinerías de petróleo satisfacen el 42% de la demanda de energía de Europa y proporcionan el 95% de los combustibles necesarios para el transporte. Por ejemplo, dentro de la geografía europea existen cerca de 100 refinerías de petróleo, que conjuntamente  procesan unos 700 millones de toneladas al año. Estas instalaciones están muy repartidas por el antiguo continente y generalmente se encuentran en puntos cercanos a la costa. Pero, ¿cómo afectan las emisiones de CO2 en el sector del refino?

La industria del refino de petróleo junto con la industria petroquímica, transforma el crudo en más de 2.500 productos, entre los que se incluyen los principales combustibles líquidos, otros subproductos combustibles e insumos intermedios no combustibles (asfalto, lubricantes, nafta, coque de petróleo, etc.) y los productos petroquímicos de base (etileno, propileno, butadieno, tolueno, xileno, etc.)

Tabla 1. Productos resultantes del refinado. [CORINAIR, 2004]

En los procesos de almacenamiento y refino, las refinerías generan emisiones a la atmósfera, hasta el punto de que la gestión ambiental ha llegado a convertirse en un factor muy importante de su actividad. Entre los principales contaminantes generados se encuentran el óxido de carbono, el óxido de nitrógeno y el óxido de azufre;  y partículas de compuestos orgánicos volátiles, procedentes sobre todo de los procesos de combustión. 

Por cada millón de toneladas de crudo procesadas (las refinerías europeas oscilan entre 0,5 y más de 20 millones de toneladas), una refinería emite 20.000 – 82.000 t de dióxido de carbono, 60 – 700 t de óxidos de nitrógeno, 10 – 3.000 t de partículas, 30 – 6.000 t de óxidos de azufre y 50 – 6.000 t de compuestos orgánicos volátiles. Por cada millón de toneladas de crudo refinadas, se generan  0,1 – 5millones de toneladas de agua residual y 10– 2.000 toneladas de residuos sólidos. Estas diferencias en las emisiones de las plantas europeas se pueden explicar parcialmente por las diferencias en cuanto a integración y tipos de refinerías  (por ejemplo, simples o complejas). No obstante, las principales diferencias tienen que ver con los distintos marcos legales vigentes en Europa en materia ambiental.

Aún así, hay que recalcar ante todo la gran cantidad de CO2 que se emite a la atmósfera, que es la principal causa del efecto invernadero.

Existen 3 fuentes principales de CO2 en una refinería:

  • Las emisiones producidas por el combustible quemado en los diferentes equipos. También se incluyen aquí, aunque se estudian de forma separada por sus especiales características, las emisiones de antorcha.
  • Emisiones procedentes de la regeneración catalítica (FCC y otros procesos catalíticos).
  • Instalaciones de producción de hidrógeno.

En la Tabla 2 se refleja el porcentaje del total de las emisiones de Carbono equivalente en la refinería para las principales operaciones:

El incremento de emisiones de las refinerías se ha visto condicionado principalmente por dos variables: la implantación en  casi todas las refinerías de cogeneraciones y el incremento de los requisitos de calidad de los productos resultantes. En el caso de las plantas de refino en España, como un ejemplo análogo a dicha evolución, se observa que la instalación de cogeneraciones en las refinerías ha supuesto desde el año 2001 hasta el año 2010 una emisión aproximadamente de 1480 Kt de CO2 anuales, si bien hay que destacar que la eficacia energética de las cogeneraciones es mucho mayor que las de las centrales térmicas. En segundo lugar se han producido alrededor de 2092 Kt de CO2 anuales durante el mismo periodo de tiempo, asociados al incremento de intensidad energética necesaria para alcanzar los requisitos de calidad de los combustibles para controlar las emisiones de los motores en óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, partículas e hidrocarburos aromáticos que salen de las refinerías.

Para reducir las emisiones se han propuesto diversas alternativas, entre las que se encuentra el aumento de la eficiencia energética, el proceso Shift-Fuel, la aplicación de tecnologías de captura de CO2, la Fisión nuclear y las energías renovables. La captura y almacenamiento de CO2 se encuentra aún en fase de desarrollo. 

Como consecuencia, y a la vista de estos datos, será necesario ir tomando conciencia y, sobre todo, la búsqueda de diferentes alternativas para la reducción de estas emisiones. Dichas emisiones suponen casi la cuarta parte del total de emisiones a nivel global, por lo que la necesidad de desarrollar tecnologías de captura integradas en refinería se convertiría en un punto estratégico importante a la hora de  disminuirlas.