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La nanotecnología es un término acuñado por Eric Drexel en 1976, a través del cual se definió como "una tecnología a nivel molecular que permitirá poner cada átomo donde queremos que esté." 

La nanotecnología es el estudio y la producción de materiales, estructuras y sistemas a través del control de la materia a escala nanométrica. Permiten manipular la estructura de los materiales a nivel de pequeños grupos de átomos y por lo tanto modificar sus propiedades de una manera más radical y controlada que en el pasado, también reciente. 

Por ejemplo, los productos cerámicos, que normalmente se caracterizan por su fragilidad, se pueden producir con una estructura menos frágil y relativamente dúctil, con formas finales extremadamente precisas, sin operaciones de acabado adicionales; los metales nano estructurados tienen una resistencia mecánica 4-5 veces mayor que la de los mismos metales en la forma microcristalina habitual. Por ello la nanotecnología representa un salto cualitativo sin precedentes en la larga historia de la elaboración de materiales, incluso en comparación con el impresionante progreso que se produjo en la segunda mitad del siglo XX, antes de la difusión significativa de la nanotecnología que comenzó a principios de los años 90. 

Estos avances han hecho posible no sólo el desarrollo de tecnologías avanzadas que dan forma a la fisionomía de nuestros tiempos (tecnología de la información y las comunicaciones, aeroespacial y órganos artificiales.) También tuvo un fuerte impacto en las principales industrias y en el sector de los servicios, los considerados convencionales (por ejemplo. mecánica y electromecánica, automóvil y otros medios de transporte, electrodomésticos, ingeniería de planta, textiles y prendas de vestir, envases). 

El valor añadido de la nanotecnología está representado por la posibilidad que ofrece para cambiar las propiedades de los materiales "cortándolas a medida" para las necesidades tecnológicas de los diversos sectores y servicios de fabricación. La difusión de estas tecnologías, por lo tanto, contribuirá de manera significativa a la renovación de las producciones actuales y la creación de nuevas actividades productivas además mejorando sensiblemente nuestro entorno, ya  que los nanomateriales pueden filtrar el agua y volver a hacerla potable, reducir las emisiones de  gases de escape de los coches y ayudar a combatir el cáncer. 

Si bien hay defensores de esta ciencia de posibilidades ilimitadas, sobre todo en el ámbito de los  negocios y la política, hay por el otro lado, inquietudes respecto a otras aplicaciones. Los expertos no consideran problemáticos los productos que contienen nanoestructuras o nanopartículas  unidas, como las pinturas y los revestimientos. Sin embargo, los esprays generan opiniones  controvertidas porque contienen nanopartículas sueltas. Si se inhalan, estas nanopartículas  podrían ser perjudiciales para la salud. 

En definitiva, como toda “nueva” ciencia o nuevos avances tecnológicos, habrá que pulir el camino de los efectos secundarios aún desconocidos. A este respecto, BASF confía en el diálogo, de echo, en 2008 inició un foro que se celebra regularmente, llamado Foro de Diálogo sobre Nanotecnología, donde se reúnen  representantes de organizaciones medioambientales y de consumidores, sindicatos, institutos académicos e iglesias para hablar de las novedades y cuestiones políticas y sociales actuales.

Alemania está en la vanguardia en nanotecnología a escala mundial y es líder en Europa. Para garantizar que siga siendo así, se necesita un entorno político y social que acoja bien la innovación. Al fin y al cabo, una tecnología es intrínsecamente neutral, ni buena ni mala. Lo importante es que la aplicación de esa tecnología y los productos resultantes se gestionen de forma responsable. En BASF se asume esa responsabilidad. Esto se aplica tanto a productos que contienen nanomateriales como al resto de productos de BASF. Por eso ya han llevado a cabo investigaciones exhaustivas sobre la seguridad de la nanotecnología durante muchos años y están participando en estudios externos también. 

Toda gran empresa industrial tiene responsabilidades considerables: sobre la seguridad de los productos, ante los empleados y ante la sociedad. Según el Dr. Andreas Kreimeyer, miembro de la Junta de Directores Ejecutivos de BASF SE desde 2003, “Es nuestra responsabilidad aprovechar las oportunidades para la sociedad que se derivan de las nuevas tecnologías. Sólo si esto es posible podremos mantener nuestro éxito en el futuro”. Como muestra del interés que esto genera en la empresa química recientemente se ha lanzado la web Creator Space, un espacio de debate en el que los profesionales pueden aportar sus opiniones y sus ideas sobre cómo afrontar los grandes retos de futuro desde la química. La nanotecnología seguro que tiene mucho que aportar y puede ser un actor clave.