Comenzamos ahora una serie de artículos sobre las energías renovables, donde queremos analizar qué energías renovables existen actualmente en la naturaleza y sus aplicaciones, así como la evolución que van a experimentar en los próximos años.

Vamos a recordar aquí que las energías renovables son las que podemos obtener de recursos que están en la naturaleza de forma ilimitada y que nos permiten usarlos de forma continuada y siempre están disponibles. Un rasgo importante de las energías renovables es, precisamente, que son formas de obtención de energía muy limpias y que no producen ningún tipo de contaminación en el entorno.

Usar estas fuentes de energía ofrece innumerables ventajas para nuestro entorno y para nuestros sistemas productivos. Algunas de esas ventajas se encuentran en que nos permiten usarlas explotando nuestros propios recursos, lo que favorece que le dependencia externa para obtenerlas se reducen suponiendo, a su vez, ahorros en costes.

Por otra parte, su uso permite aumentar la generación de empleo y la obtención de mayores beneficios. No obstante, un uso indiscriminado y una contaminación excesiva de otras fuentes de energía no renovables puede acabar afectando a nuestras fuentes naturales, que debemos preservar.

Hacemos aquí un repaso de los principales tipos de energías renovables que hoy en día nos ofrece la naturaleza. En posteriores artículos centraremos la atención en algunas de ellas:

  • Energía eólica. Esta energía es la que se genera por la acción del viento. Las centrales eólicas pueden recoger esta energía a través de los molinos de viento que acaban transformando esta fuerza del viento en energía eléctrica. También existen corrientes de aire en el fondo marino que dan lugar a la generación de energía eólica marina.
  • Energía geotérmica. Esta energía la podemos obtener del interior de la tierra gracias a las fuentes de calor, gracias a la acción de volcanes, geiseres, aguas termales, entre otros. Esta energía se puede obtener de formas muy diversas y es de las menos conocidas en la actualidad.
  • Energía hidráulica. Es una fuente de energía que se obtiene del agua, la fuerza del agua sobre hélices y turbinas provoca una energía que puede ser transformada en electricidad. Esta energía se obtiene gracias al almacenamiento del agua en embalses, sin embargo, también es una de las energías renovables que se encuentra más sometida a riesgos de escasear debido a efectos como el cambio climático o la sequía.
  • Energía solar. Como su nombre indica es la energía que procede de la acción del sol sobre la superficie de la tierra. El sol puede generar calor que acaba acumulándose en circuitos que pueden ser usados para transformar este calor en energía. Nos permite obtener energía solar fotovoltaica y energía solar térmica. Esta forma de energía, como sabemos, es de las más usadas en muchos hogares.
  • Otras energías menos conocidas son la energía mareomotriz y de la biomasa. La energía mareomotriz es la que se obtiene gracias al movimiento de las mareas y las corrientes marinas. También en este grupo encontramos la energía que se obtiene como consecuencia de la diferencia de temperatura entre la superficie y las aguas profundas. Por su parte, la biomasa es la energía que se obtiene de los desechos animales y vegetales y de los desperdicios de industrias de ganado, agrícolas y forestales.

Estas formas de energía ayudan al medio ambiente ya que no contaminan y pueden regenerarse de forma automática. Sin embargo, en muchos de los casos el principal problema ligado a las energías alternativas es el coste asociado a su explotación, ya que en algunos tipos de energía la inversión necesaria para poder aprovecharla es elevada y no todos los países o regiones pueden abordar instalaciones limpias de este tipo.

Sin duda, a pesar de su coste son las energías más adecuadas para asegurar un bajo impacto medioambiental y que pueden ahorrar importantes costes a los gobiernos y economías.