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En un anterior artículo hemos hablado de las energías renovables y sus principales ventajas y funciones. Ahora queremos centrar la atención sobre un tipo de energía renovable que ofrece importantes oportunidades para nuestro medio ambiente, se trata de la biomasa.

La biomasa es el recurso natural que sirve para producir los biocombustibles.

Por biomasa se entiende cualquier organismo de vida reciente. Así, elementos como algas marinas o virutas de madera pueden ser biomasa, así como los derivados metabólicos como puede ser el estiércol. Precisamente, el hecho de ser recursos que proceden de la vida o de elementos que tienen vida es lo que los distingue principalmente de otros combustibles como el petróleo o los combustibles fósiles. 

Estos combustibles a base de biomasa pueden ser renovados ya que provienen de una materia prima que puede reponerse. Los principales biocombustibles son el bioetanol y el biodiesel. 
 

 

 
El empleo de biocombustibles en la industria permite obtener importantes ventajas ambientales ya que el volumen de emisión de dióxido de carbono se reduce de forma importante. Esta reducción en las emisiones de CO2 se realiza gracias a que estos gases son absorbidos por la fotosíntesis de las plantas.
 
El uso de biocombustibles también tiene algunas desventajas como es el hecho de que se ha producido un aumento del precio de los alimentos que habitualmente sirven de materia prima para su producción, así como del precio de las tierras que se emplean para su cultivo. Por otra parte, el coste de producción de biocombustibles es un precio elevado y genera un elevado impacto fiscal debido a que es un producto que recibe importantes subsidios.
 
Los niveles de producción de biocombustible en el mundo en los últimos años se han ido incrementando favoreciendo el desarrollo de la industria vinculada a este recurso renovable.