Continuamos con nuestra serie de recordatorio a ingenieros químicos famosos y en esta ocasión lo hacemos con Carl Bosch que fue famoso por su trabajo sobre la síntesis del amoníaco.

Carl Bosch fue nombrado premio nobel de Química en el año 1931. De origen alemán sus aportaciones contribuyeron enormemente al desarrollo de la industria química durante la revolución industrial. Desarrolló sus estudios en la Universidad de Leipzig y en el Instituto Politécnico de Charlottenburgo.

Durante unos años ejerció como profesor en la Universidad de Heidelberg tras lo cual pasó a formar parte de la compañía Badische Anilin und Soda Fabrik en la que ejerció de director en el año 1914.

Posteriormente en 1925 fundó la empresa IG Farbenindustrie que llegó a ser un importante grupo de empresas químicas alemanas. Esta empresa resultó de la fusión entre BASF, Agfa y Hoechst. En esta empresa ejerció como presidente y finalmente director general.

Sus métodos de investigación le llevaron a utilizar presiones elevadas y esto le permitió usar amoniaco en la fabricación de abonos artificiales. Estos descubrimientos supusieron un impulso muy importante para la agricultura a nivel mundial. Desarrolló lo que se conoció como el llamado proceso Haber-Bosch sobre la síntesis del amoníaco a partir del hidrógeno y el nitrógeno tras un proceso en el que se someten a altas presiones.

Este proceso lo realizó en colaboración con Fritz Haber y para realizar el proceso empleó recipientes a 500 ºC de temperatura y una presión de 200 atmósferas. Otro de los procesos en los que intervino fue en la mejora del procedimiento de licuefacción del carbón que había sido inventado por Friedrich Bergius. Precisamente esto le sirvió para compartir el premio nobel con Friedrich Bergius debido al descubrimiento del método de síntesis química a alta presión.

El final de su vida le llegó el 26 de abril de 1940 en la ciudad de Heidelberg. Sus aportaciones a la ingeniería química han sido muy importantes ya que gracias al desarrollo de los abonos fue posible un mayor crecimiento de la agricultura sobre parámetros más sostenibles.

Sin duda alguna, no hay que pasar por alto la gran labor que estos ingenieros químicos han desempeñado para la sociedad y para la economía y la industria. Muchos de los procesos que hoy en día conocemos y usamos como algo habitual son posibles gracias a la labor de investigación y de análisis que estos químicos desarrollaron hace ya muchos años.

Es importante tener siempre presente el origen de lo que conocemos y reconocer esta labor, quizás en unos años futuros algunos de los ingenieros químicos que hoy inician su carrera pueden encontrar una fórmula que los haga merecedores de permanecer en los libros futuros de historia por sus avances en esta ciencia y sus descubrimientos.

Ingenieros como Carl Bosch han supuesto una gran oportunidad para que la ingeniería química siga ocupando un lugar importante en el desarrollo económico e industrial de cualquier país. Historias como la suya debe animarnos a seguir investigando para hacer cada día más aportaciones desde esta disciplina a la mejora de nuestro entorno y de nuestros sistemas de producción.