Nos adentramos ahora en el mundeo del tequila y su elaboración. Veamos un poco de historia. En el estado de Jalisco – México, se encuentra uno de los pueblos más famosos alrededor del mundo gracias a su principal producto de elaboración: el tequila. Considerando que todos los productos que consumimos son el resultado de distintos procesos químicos, el tequila no es la excepción y su elaboración está formada por una serie de pasos donde la ciencia se da cita generando distintas reacciones para obtener el producto final. La ingeniería química juega un papel fundamental en la elaboración del tequila, por su capacidad de analizar y estudiar en detalle cada una de las reacciones que se necesitan para obtener un resultado óptimo.

El agave es la pieza fundamental para la elaboración del tequila, cuyo proceso comprende 5 fases, partiendo desde el corte del agave para finalizar en el almacenamiento y reposo del producto. Los procesos que implican a la ingeniería química podemos verlos a partir de la elección y molienda del fruto, puesto que, es ahí cuando comienzan a aplicarse tiempos y temperaturas específicas.

Fases de la elaboración del tequila

El tequila se elabora en un proceso que consta de un total de 5 fases para su elaboración y cada una comprende un paso especifico y crucial para la obtención de un producto de calidad.

Cortar el agave

El agave es la planta donde se inicia todo el proceso de elaboración del tequila. De esta planta se toma el fruto o “piña” que necesita entre 8 y 10 años para estar completamente madura. Una vez seleccionados, son reservados a la espera del proceso de molienda.

Cocción y molienda

El agave reservado se vierte posteriormente en recipientes de acero llamados Autoclave. En este momento se inician los procesos químicos, produciendo una hidrólisis de azucares a través de vapor con presión de 1.2 Kg/cm2 y 105°C de temperatura, durante un total de 18 horas. Acto seguido, el agave cocido es cortado para obtener la fibra que al pasar posteriormente por el molino dará lugar al zumo de mezcal, resultado de la inyección de agua en la fibra.

Creación de mostos y fermentación

El mosto no es más que el zumo generado por el proceso anterior. Este es vertido en un barril al que se le añade levadura, elemento responsable de la fermentación. Para que este proceso químico se lleve a cabo, la solución es almacenada durante 72 horas en la cámara de fermentación, donde el azúcar se transforma en alcohol etílico.

Destilación

Al cumplir las 72 horas el zumo fermentado está listo para destilarse. De este proceso se obtiene el llamado “ordinario”, producto que al reservarse y ser rectificado genera un tequila con grado alcohólico de 55%. De inmediato, esta solución es enviada para su almacenamiento.

Almacenamiento, reposo, dilución

Para finalizar, la bebida debe ser transferida a diferentes barricas, según el tipo de tequila a obtener. Todos pasan por un proceso de reposo característico de cada marca y para finalizar, es entregado a las autoridades que diluirán el producto en agua hasta obtener 38% de grado alcohólico.

La ingeniería química puede jugar un papel importantísimo en el proceso de elaboración del tequila. Considerando que cada una de las fases implican procesos y reacciones químicas, como profesional en la materia podrías analizar y estudiar en detalle cada paso con el objetivo corregirlo o perfeccionarlo. Desde la extracción de la fibra, hidrólisis y fermentación del mosto, la ingeniería química cuenta con un excelente rango de acción para moverse en beneficio de la creación de un producto mucho más refinado.