
El proyecto está liderado por el profesor Paul Hunter de la Norwich Medical School de la UEA, quien considera que “la mayoría de países europeos cuentan con unas de las aguas más seguras del mundo, pero aún así, cada año se siguen detectando brotes de algunas enfermedades”. Esto se debe a que, según P. Hunter, “millones de europeos beben agua de sistemas de abastecimiento bastante pequeños que actualmente son difíciles de monitorizar correctamente”. Además, con las tecnologías de las que disponemos en la actualidad pueden pasar por lo menos dos días hasta que se detecta el riesgo de infección. En ese sentido, el proyecto Aquavalens pretende desarrollar métodos más rápidos para la detección de microorganismos perjudiciales para la salud en el agua potable.
Aquavalens cuenta con 4 fases: la primera, investigar microorganismos responsables de causar enfermedades a través de la ingestión de agua; la segunda, desarrollar y aplicar tecnologías para detectarlos de manera más rápida que actualmente; la tercera, probar estas tecnologías en sistemas de abastecimiento grandes (grandes ciudades) y pequeños (zonas rurales), así como en la industria alimentaria; y la cuarta, ver cómo estas tecnologías pueden integrarse en las prácticas existentes.
A lo largo de la vida del proyecto se colaborará con empresas de biotecnología, empresas de tratamiento y distribución de agua potable, empresas embotelladoras de agua y de la industria alimentaria, con el objetivo de que las nuevas tecnologías desarrolladas coincidan con las necesidades reales del mercado. Además, la colaboración con órganos gubernamentales nacionales e internacionales, como la Comisión Europea y la Organización Mundial de la Salud, asegurarán que los resultados del proyecto influyan en las políticas europeas.
Para más información, visite la web del proyecto (www.aquavalens.org)